Soy los restos de una casa incendiada,
aún humeantes, aún con montones de ceniza
y aroma de tiempos pasados.
Tengo gusanos en los ojos,
larvas que los corroen y los devoran,
¡A mis ojos! ¡La parte que más me gusta de mí!
Soy una herida mal curada, cubierta a medias,
ansiosa de volver al fragor de la batalla,
y putrefacta por descuido.
Soy Ícaro, volé demasiado alto,
quise besar al sol que decía me amaba,
y ardí, caí, volví a intentar alcanzarlo,
y volví a arder en el mar.
Soy todo eso, desastre, dolor, llanto,
y aún así, entre las ruinas he encontrado algo:
cariño, compañía, apoyo y fe entre otros.
Y si sigo, es porque están a mi lado.
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