Translate

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Cómo?

Me dicen que te diga lo que siento,
más no me dicen cómo lo haga.
Y no importa cuánto lo pienso,
simplemente no se cómo decirte que me encantas.

Que el hablar contigo me alegra el día,
que cada instante junto a tí
lo robo al olvido del tiempo
para atesorarlo con otros recuerdos.

¿Cómo decirte que aún siendo sólo amigos,
"sólo amigos" es más que suficiente?
Que aunque quiero cruzar esa barrera
no me molesta estar en ella.

Cómo explicarte que me pierdo en tus ojos,
que nunca había sentido algo así,
que me encanta tu sonrisa
y que quiero conocerte más.

Que si tú sientes por mí lo mismo,
te atrevas a decírmelo,
que creo que ambos valemos el riesgo
de atrevernos a decir lo que pensamos.

Que tengo miedo,
porque no entiendo lo que siento,
que si me das una señal,
enderezo de mi barco el rumbo.

¡Dime! ¿Cómo es que te digo todo esto?
¡¿Cómo?! si temo que como a una loca me veas,
si tu eres el cazador y yo la presa...
¿Cómo hago para decirte que te quiero?

domingo, 20 de noviembre de 2011

Creyendo

¿En qué crees cuándo te sientes así? O mejor dicho, ¿Cómo crees?  ¿De qué forma recuperas tu confianza? No es que no tenga en quien creer, sino que no sé como actuar frente a esto. Es nuevo para mí y tengo...¿miedo? ¿Yo, un guerrero águila teniendo miedo? ...No veo razón para temer, después de todo, él está conmigo, "El Terrible", Huitzilopochtli, confío en él, pero no en mí mismo. Irónico, he pasado toda clase de pruebas, he peleado en tantas ocasiones... y ni así creo en mí, ¿Por qué? ¿Por qué perdí mi confianza? La muerte no me asusta, el dolor no me molesta, ¿Entonces? Lo sé, es la incertidumbre, el no saber que pasará; si moriré luchando como mi ser lo desea o viviré para...¡¿Para qué?! Temo vivir de una forma que no deseo, de un modo vergonzoso. Y es que he visto ya tantas cosas que creía imposibles que no sé ya como actuará mi cuerpo.

Todo mi mundo cae, lo veo y me duele, ya perdí la cuenta de los días que llevamos así: sitiados, sin agua potable, sin comida; el solo hecho de abrir mis ojos es una tortura, pues veo a la ciudad de mis amores derruida, sucia, silenciosa...¡Oh mi señor Huitzilopochtli! Yo se que tú nos vas a ayudar, que ya nos castigaste por mucho tiempo; yo se que no dejarás que tu pueblo caiga y sea olvidado, pero, ¿Tendré la fuerza para ayudarte? Sólo soy un hombre, defendiendo lo que parece indefendible, asombrado porque es la primera vez que me siento derrotado...¡No lo estoy! Intento convencerme de esto, que es sólo una prueba que pasaremos, pero ese sentimiento de frustración se expande por mi sangre amargándome la boca, y recuerdo la batalla contra los españoles. ¡La primera vez que no pude herir a alguien! Vuelvo a sentir la textura de mi macahuitl en mi mano, el golpe al descargarlo sobre el soldado, y el rebote al chocar sobre su armadura; vuelvo a ver sus ojos llenos de miedo y a sentir el dolor en mi hombro, la sensación ardiente de cuando dispara, el ruido de su arma y el olor de algo que explota...Dioses míos, ¿Cómo ayudarlos a reconstruir su casa si me hirió un soldado miedoso?

Hoy mi hombro ya no me duele tanto, solo tengo una pequeña cicatriz en el lugar del impacto, pero sigo sin entender por qué no me sobrepuse al dolor en ese minuto, por qué en vez de continuar atacando me quedé estático, impresionado por aquella arma que lastimaba al tronar ¡Debí defender mi orgullo y no lo hice! Me recrimino "¿Y te llamas guerrero? Eres una vergüenza, impresionable como niño pequeño", no comprendo como llegué a ser un caballero águila, como ascendí en la jerarquía militar si frente a lo desconocido no pude continuar, jamás pensé que reaccionaría así. Por eso, ahora temo lo que pudiera hacer.

Siento que mi pasado ha quedado borrado con esa vergüenza, que no importa el que haya sido un valiente capitán, el que haya destacado en otras guerras...¿Qué mas da si no puedo responder de lo que haré? Y todavía, me atrevo a pedir a los dioses que me den la valentía faltante, que me ayuden a recobrar mi confianza para así recobrar también la ciudad...He fallado, señores eternos, alma mía, ¿Pueden perdonarme? ¿Pueden perdonar mi temor y mi falta de habilidad al reaccionar?

Volteo al cielo, y por alguna razón me siento en paz ahora y le grito al viento que si fallé una vez, no volverá a pasar, que ya el palo que truena no me puede sorprender. Que estoy listo para lo que venga, conocido o no. Que no estoy derrotado, que ya me levanté de donde caí. Después de todo, ¿No somos mexicas? ¿No somos el pueblo del Colibrí Zurdo? No estamos vencidos ni jamás lo estaremos mientras sigamos en pie, mientras alguien repita nuestros nombres; y si buscan derrotarnos, ¡Caeremos peleando! Sangrando sobre el escudo, vendiendo cara  nuestra derrota. ¡No hemos perdido! Pues los señores del cerca y del junto están a nuestro lado, ¡Pues soy un caballero águila!

Confesiones

Aunque pueda resultarme fácil el escribir otras cosas, me cuesta más trabajo escribir sobre mí, mis pensamientos y quién soy, pues siento que de alguna forma es medio desnudarme frente a la mirada de quienes leen esto, y me hace sentir vulnerable; sin embargo, creo que la primera entrada de este blog es lo que debo hacer: medio mostrarme frente a ustedes.

Soy mala manteniedno un blog, entonces, ¿Por qué tener uno? Simple, para compartir aquellos engendros de mi mente que tomaron cuerpo a través de las letras, quiero presentárselos, que los critiquen si es necesario....No son obras maestras, de lo contrario las habría buscado imprimir en un libro, son sólo fragmentos de mi alma que surgen casi por instinto anhelando alcanzar otros horizontes, por eso de una vez advierto que aquí casi no habrá rimas.

Ahh ¿ya ven? ahora ya no quisiera decir nada más y pasar directamente a publicar algún cuento, alguno de mis indulgentemente llamados "poemas", así que, para terminar: lean, disfruten, cuestionen, sientan...no hay nada mejor en este mundo que sentir porque indica que seguimos vivos y que aún tenemos varias formas de sentir a nuestro alrededor.