Translate

lunes, 12 de mayo de 2014

Tú no quieres ser el héroe, no ansías alcanzar la gloria, sólo quieres vivir en paz; estás harto de ser “fuerte,” de sobreponerte a tus lágrimas por sacar lo mejor de ti y de los demás; sólo quieres refugiarte en una trinchera, a solas con tu alma, y que llegue un  ángel a cuidarte, a abrazarte como hacía tu madre cuando eras un niño, olvidarte de todos los problemas porque está seguro de que alguien más los solucionará por ti.

Pero no puedes, el estrépito de cañones y metralla es demasiado fuerte para ser ignorado, allá en otro extremo del campo de batalla otro hombre se retuerce de dolor, con un sufrimiento mucho más grande que el tuyo. Tus superiores no te permitirían regresar asustado, te ordenarían “sobreponte, supérelo, es una guerra, para eso se alistó”, y tú no podrías reclamarles, ellos son seres que pueden decirte lo que quieran pero a los que no puedes responderles, porque están seguros de tener la verdad absoluta y ni siquiera te escucharían.

¿Lo sientes? ¡Claro que sí! es el infierno, los estímulos son tan ensordecedores que provocan que bloquees tu capacidad sensorial, pero eso no evita que seas consciente del polvo, de la sangre, los cuerpos y cadáveres mutilados, de las moscas sobrevolándolos, de la pólvora llenándote los orificios nasales y tu boca, del dolor del de al lado, del enemigo, del tuyo propio.

Aunque ya hace tiempo te sobrepusiste al pánico inicial, a la temblorina que causa disparar y matar por primera vez, los nervios y el miedo persisten, son las pequeñas alertas que mantienen tu instinto de supervivencia alerta. Pero ya te cansaste de sentirlos, quisieras que todo fuera más fácil.

Pero no puedes, es más, ni siquiera elegiste conscientemente  ser así, no optaste por ser “más fuerte” que los demás, así se dio, así eres, no puedes negar tu naturaleza por más que lo desees, porque un capitán debe darle un buen ejemplo a sus soldados, a la gente que confía en él.  Eres, y esa es a la vez tu bendición y tu maldición….

-Capitán, ¿Qué pasa? ¿Tiene algo?- la voz de uno de tus subordinados te saca de tus melancólicas ensoñaciones, y lo miras, quizás él comprendería más que los demás tus temores y hastíos, pero no es el momento de contarlas:
-No pasa nada soldado –le sonríes con una mueca- vamos a destrozar a esos hijos de perra.-Quizás un día, cuando acabe la guerra, podrás volver a casa, y por una vez, delegar tus problemas, dejar de lado tu orgullo y tus deberes y ser abrazado por tu mujer, por una vez  saber que puedes tomarte el tiempo que quieras antes de volver a ser “fuerte” y de volver a enfrentar la realidad.

Encuentro

En la central el chofer ve a la gente subir al camión sin encontrar nada nuevo en ella: una pareja de mujeres; una señora con su hijito en brazos; una estudiante de aspecto desgarbado con audífonos y mochila; un joven de figura elegante....nada extraordinario.

Con la misma calma pegajosa de esa tarde lluviosa, el chofer emprende su camino entre el tráfico hasta una pequeña terminal al norte, la cual no es su destino, sino una escala para recoger más pasaje. Lo único extraordinario aquí es el color azul eléctrico de la chamarra de un sujeto, que lleva la capucha puesta, pues llueve y es probable que no quiera mojarse.

Tras esta parada, el chofer vuelve a poner el camión en marcha. En la parte de atrás del autobús el hombre de chamarra azul se revuelve inquieto en su asiento, sin quitarse la capucha, observa por la ventana como el sol se oculta dejando esa luz incierta del crepúsculo que difumina los colores de la vacía carretera, finalmente, como si hubiera visto una señal, se levanta y camina hacia la cabina del chofer.

El conductor lo percibe por el retrovisor sin darle importancia, está acostumbrado a que los pasajeros se acerquen a él, ya sea para pedirle que baje el volumen de la televisión del autobús o que le suba; o para pedirle que apague el aire acondicionado porque tienen frío... los pasajeros siempre tienen quejas. Pero no espera que el hombre le ponga una pistola en la sien mientras le dice muy bajo: "Estaciona el camión y abre la puerta, esto es un asalto."